El problema de palabras como “amor” es que muchos creen que estamos hablando de sentimientos o de emociones, cuando en realidad se trata de un ejercicio activo de la voluntad. En la vida comunitaria, en las tareas de evangelización, en la acción personal y eclesial… todo se hubiera “salvado” de haberlo hecho con amor. ¡Cuántos jóvenes perdieron la fe en los colegios religiosos porque no percibían afecto! ¡Cuántas personas se apartan de la Iglesia porque las palabras de obispos, sacerdotes, catequistas, miembros de movimientos y asociaciones… suenan y resuenan sin amor! Un rasgo de jovialidad del cariñoso Papa S. Juan XXIII vale más cien anatemas, aunque haya mucha verdad en estos. El asunto es muy serio, pues en la Iglesia no podemos aspirar a ser testigos del rostro de Dios vivo si nos vuelve a importar más la “Ley” que el Espíritu de Amor que la sustenta.
Leer y meditar:
- 1 Cor 13: “El amor cristiano”.
Claves de oración:
- Saber hablar, tener conocimientos teóricos y prácticos, hacer cursillos de perfeccionamiento en Biblia, teología, catequesis, psico-pedagogía, tener una gran fe, dar muchas limosnas, compartir mi tiempo en tareas de apostolado, transformar la sociedad y las estructuras… ¿no es este el ideal de militante cristiano? Pero dice San Pablo, “si no tengo amor… nada soy, esto no es nada, de nada me sirve” Le pido a Dios ser capaz de amar más y mejor.
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