Mostrando entradas con la etiqueta Taller de expresión lírica de la fe. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Taller de expresión lírica de la fe. Mostrar todas las entradas

lunes, 6 de abril de 2020

MADRE DOLOROSA (STABAT MATER DOLOROSA)


Os comparto mi versión de la Secuencia Latina STABAT MATER DOLOROSA ("MADRE DOLOROSA"). La traduje el año pasado con la idea de hacer un canto a María en sus dolores. 

La versión intenta retener lo esencial de las ideas y palabras originales, pero también de la métrica. En el texto latino, la rima es 8a8a7'b 8c8c7'b. Siendo cada tres versos una palabra esdrújula, pero que en el canto resulta equivalente a una aguda, tal y como se resuelve en la traducción. 

Ahora, en pleno confinamiento, estamos trabajando en su musicalización y arreglos. Tengo que seleccionar algunas estrofas tan solo, para que salga un canto de unos cuatro minutos. Pero de momento, os pongo aquí la letra completa.


MADRE DOLOROSA
STABAT MATER DOLOROSA
VERSIÓN JOSÉ-MANUEL MONTESINOS
VERSIÓN LATINA MEDIEVAL
1.
Estaba la Madre dolorosa,
junto a la Cruz, lacrimosa,
donde su Hijo murió.
Dentro de su alma gimiente,
entristecida y doliente,
una espada se clavó.
2.
Oh qué triste y afligida
la que fue la bendecida
Madre del Hijo de Dios,
que dolorida lloraba,
y estremecida miraba
a Jesús en su pasión.
3.
Dime quién no lloraría
viendo llorar a María
traspasado el corazón.
No hay quien no se entristeciera
si a la buena Madre viera
junto al Hijo con dolor.
4.
Por el mundo y su pecado
vio a Jesús atormentado
y azotado con horror.
Vio a su dulce Hijo amado
que al morir desamparado
el Espíritu entregó.
5.
Ay, Madre, fuente de amor,
hazme sentir tu dolor,
quiero contigo llorar.
Haz que me arda el corazón
al amar a Cristo Dios
y al cumplir su voluntad.
6.
Santa Madre, ruego que hagas
que Jesús me dé sus llagas
de la cruz al corazón.
De tu Hijo malherido,
que por mí tanto ha sufrido,
compárteme la pasión.
7.
Deja que llore a tu lado
con dolor crucificado
mientras me dure el vivir.
Contigo junto al madero
quiero ser fiel compañero
compartiendo tu sufrir.
8.
Virginal Virgen preclara,
la pena que te amargara
yo quisiera soportar.
Hazme asociarme a la suerte
de Jesucristo en su muerte
y en su pasión consolar.
9.
Hazme en sus llagas llagado,
hazme en su cruz embriagado,
por tu Hijo y por su amor;
inflamado y encendido,
por ti sea defendido
ante el juicio sin temor.
10.
Hazme en la cruz custodiado,
hazme en su muerte amparado,
por su gracia como don.
Cuando el cuerpo quede en calma,
a la Gloria entrega mi alma,
al Paraíso con Dios.
Amén.
1.
Stabat Mater dolorosa
Iuxta crucem lacrimosa,
Dum pendebat filius.
Cuius animam gementem
Contristatam et dolentem
Pertransivit gladius.
2.
O quam tristis et afflicta
Fuit illa benedicta
Mater unigeniti
Quae maerebat et dolebat.
Et tremebat, cum videbat
Nati poenas incliti.
3.
Quis est homo qui non fleret,
Matrem Christi si videret
In tanto supplicio?
Quis non posset contristari,
Piam matrem contemplari
Dolentem cum filio?
4.
Pro peccatis suae gentis
Jesum vidit in tormentis
Et flagellis subditum.
Vidit suum dulcem natum
Morientem desolatum
Dum emisit spiritum.
5.
Eja mater fons amoris,
Me sentire vim doloris
Fac ut tecum lugeam.
Fac ut ardeat cor meum
In amando Christum Deum,
Ut sibi complaceam.
6.
Sancta mater, istud agas,
Crucifixi fige plagas
Cordi meo valide.
Tui nati vulnerati
Tam dignati pro me pati,
Poenas mecum divide!
7.
Fac me vere tecum flere,
Crucifixo condolere,
Donec ego vixero.
Juxta crucem tecum stare
Te libenter sociare
In planctu desidero.
8.
Virgo virginum praeclara,
Mihi jam non sis amara,
Fac me tecum plangere.
Fac ut portem Christi mortem,
Passionis eius sortem
Et plagas recolere.
9.
Fac me plagis vulnerari,
Cruce hac inebriari
Ob amorem filii,
Inflammatus et accensus,
Per te virgo sim defensus
In die judicii.
10.
Fac me cruce custodiri,
Morte Christi praemuniri,
Confoveri gratia.
Quando corpus morietur
Fac ut animae donetur
Paradisi gloria.
Amen.

viernes, 27 de marzo de 2020

Como la hiedra

Como la hiedra, hemos aprendido a vivir agarrándonos al tronco casi seco de este tiempo de reclusión, muerte y dolor… En cada corazón herido nace un pequeño brote de espiritualidad adormecida, de vida que florece como un poema o una oración en los labios sedientos…
Te ofrezco envuelto en mi humilde canción orante lo que la poesía de Leopoldo Panero (1909-1962) y la Liturgia de las Horas nos regala… Vaya nuestra oración por los que sufren tan dolorosa enfermedad y los que esforzadamente los cuidan.
27 de marzo de 2020.
Al terminar la segunda semana de confinamiento.





COMO LA HIEDRA

Letra: Himno de la Liturgia de las Horas (Soneto de Leopoldo Panero, 1909-1962)
Música: José-Manuel Montesinos
Disco: Guitarra + Voz


G                          G                                    am7
Por el dolor creyente que brota del pecado
                               D7                            G
por haberte querido de todo corazón;
                                 em                                  am
por haberte, Dios mío, tantas veces negado,
                              D7                                 G
tantas veces pedido, de rodillas, perdón.

                              G                                        am7
Por haberte perdido, por haberte encontrado.
                                         D7                                  G
Porque es como un desierto nevado mi oración;
                                    em                                      A7
porque es como la hiedra sobre un árbol cortado
                                 D7         B7               em
el recuerdo que brota cargado de ilusión.

                                   C                                          am 
Porque es como la hiedra, déjame que te abrace,
                               D                                       bm
primero amargamente, lleno de flor después,
                              em                                        C
y que a mi viejo tronco poco a poco me enlace,
                            am                   C                 D
y que mi vieja sombra se derrame a tus pies.

                                    G                                  am7
¡Porque es como la rama donde la savia nace,
                              cm        D7                     G                              
mi corazón, Dios mío, sueña que tú lo ves!

       G
Amén



domingo, 19 de agosto de 2012

LA COLUMNA DE NUBE, Beato Cardenal John Henry Newman


LA COLUMNA DE NUBE


Luz apacible, guíame tú por entre la tiniebla en derredor:
guíame tú.
Es noche oscura, lejos del hogar estoy:
guíame tú.

Cuida mis pies; yo no te pido ver
lejanos horizontes: con un paso me conformo.

No siempre he sido así, no siempre te pedí
que me guiaras.
Quise yo mi senda ver, escogerla yo quería; mas ahora
guíame tú.

Luz radiante quise yo y, a pesar de mis temores,
apresó mi voluntad el ciego orgullo, no recuerdes esos años.

Hasta hoy tu poder me ha bendecido: seguro
que aún me guiará
Por entre parameras y marjales, peñascales, torrenteras,
hasta que la noche pase

y, cuando despunte el alba, caras de ángeles me sonrían; esos ángeles
que he amado desde siempre y perdí por un instante.

John Henry Newman
(Trad. M. J. Aguilar)

VERSIÓN ORIGINAL:

The Pillar of the Cloud


LEAD, Kindly Light, amid the encircling gloom
Lead Thou me on!
The night is dark, and I am far from home—
Lead Thou me on!

Keep Thou my feet; I do not ask to see
The distant scene—one step enough for me.

I was not ever thus, nor pray'd that Thou
Shouldst lead me on.
I loved to choose and see my path, but now
Lead Thou me on!

I loved the garish day, and, spite of fears,
Pride ruled my will: remember not past years.

So long Thy power hath blest me, sure it still
Will lead me on,
O'er moor and fen, o'er crag and torrent, till
The night is gone;

And with the morn those angel faces smile
Which I have loved long since, and lost awhile.

At Sea.
June 16, 1833.



miércoles, 15 de agosto de 2012

TRANSFIGÚRAME

 Salmo de la Transfiguración (Gerardo Diego)

[versión completa,
Segunda Antología de sus Versos (1941-1967), poema nº 73,
recogido del libro Versos Divinos]

Transfigúrame.
Señor, transfigúrame.
Traspáseme tu rayo rosa y blanco.
Quiero ser tu vidriera,
tu alta vidriera azul, morada y amarilla
en tu más alta catedral.

Quiero ser mi figura, sí, mi historia,
pero de Ti en tu gloria traspasado.
Quiero poder mirarte sin cegarme,
convertirme en tu luz, tu fuego altísimo
que arde de Ti y no quema ni consume.

Oh mi Jesús alzado sobre el trío
-Pedro, Juan y Santiago-
que cerraban sus ojos incapaces
de sostener tu Luz, tu Luz, tu Luz.
Y no cerrar mis párpados
como ellos los cerraban
con tu llaga de luz sustituyéndote
en inconsútil túnica incesante,
y dentro Tú manando faz de Dios.

No, déjame mirarte, contemplarte
a través de mi carne y mi figura,
de historia de mi vida y de mi sueño,
inédito capítulo en tu Biblia,
vidriera que en colores me fraccionas
para unirme después en tu luz blanca
al otro lado de tu barlovento.
Si he de transfigurarme hasta tu esencia,
menester fue primero ser ese ser con límites,
hecho vicisitud camino de figura,
pues solo la figura
puede transfigurarse.

Toma mis rombos, lava mis losanges,
mis curvas de pecado
justifícamelas, compensa y recompensa
mis áreas caprichosas de colores de furia,
mi cristal emplomado y tan frágil,
émulo de tus Ángeles traslúcidos,
mi fábula de niño, tu parábola
que esperaba de siempre tu visita de sol.
Pues figura me hiciste y me parezco
a mí mismo en mi vitral naturaleza,
oh mi Hermano en María, transfigúrame.

Pero a mí solo no. Como a los tuyos,
como a Moisés, fuego blanco de zarza,
como a Elías, carro de ardiente aluminio,
cada uno en su tienda, a ti acampados,
purifícame también a todos,
los hijos de tu padre,
que te rezan conmigo o te rezaron
o acaso ni una madre tuvieron
que les guiara a balbucir el padrenuestro.
Purifícame a todos, a todos transfigúralos.

Figúralos primero si aún no alcanzan
ese grado en contornos
y tonos apagados de tapices.
Figúralos, Cristo Jesús, aún no son ellos
y por ser ellos claman, pían,
huérfanos pajarillos.
Y luego, ya trazados, ya cumplidos
en su tránsito pávido de hombres,
hiérelos, acribíllalos,
hazlos flecos de Ti, rayos no ajenos,
ellos siempre aunque en Ti glorificados.

Miro en torno de mí,
no, debajo de mí, en las galerías
los gusanos de luz, casco y piqueta
que afloran luego al aire puro
mas ya de noche, negros de carbones.
Hazlos diamantes Tú, como a esos astros.

Si acaso no te saben, o te dudan,
o te blasfeman, límpiales piadoso
como a ti la Verónica, su frente,
descórreles las densas cataratas de sus ojos,
que te vean, Señor, y te conozcan,
espéjate en su río subterráneo,
dibújate en su alma
sin quitarles la santa libertad
de ser uno por uno tan suyos, tan distintos.

Mira, Jesús, a la adúltera, no aquélla
de tus palabras con el dedo en tierra,
ésta de hoy aún es más desdichada
y no piedras la arrojan sino aplausos y flores,
y la niega el esposo y vive de ella.
Hazla también mirarse en aguas vivas
y cumplirse en sí misma,
de su virtualidad ascender a virtud,
realidad de figura bañada en paz de gracia,
dispuesta a un recrear transverberado.

Y al violento homicida
y al mal ladrón y al rebelde soberbio
y a la horrenda –¡piedad! – madre desnaturada
y al teólogo necio que pretende
apresarte en su malla farisea
y al avaro de oídos tupidos y tapiados
y al sacrificador de rebaños humanos.

Y, sobre todo, no abandones
al más abyecto, al repugnante
-perdón ahora para mí, no puedo
remediarlo, pero por él te pido-
al desagradecido.
Nada me imprime más horror, Dios mío.
Sálvale Tú, despiértale
la confianza, alegría incomparable
de llorar recordando el beneficio
del amigo en que Tú, sí, te escondías.
Allégatele bien, que sienta
su corazón cobarde contra el tuyo
coincidentes los dos en solo un ritmo,
un ritmo y del envés ya a flor de flor,
su figura, su rostro limpidísimo.

Que todos puedan en la misma nube,
vestidura de ti, tan sutilísima
fimbria de luz, despojarse y revestirse
de su figura vieja y en ti transfigurada.
Y a mí con ellos todos, te lo pido,
la frente prosternada hasta hundirla en el polvo,
a mí también, el último, Señor,
preserva mi figura, transfigúrame.