La canción ¡Buena Noticia! quiere ser un alegre pregón de convocatoria y de invitación al Evangelio. Es un canto que disfrutan pequeños y mayores, por su ritmo y por su pegadizo estribillo.
Es fruto de la experiencia pascual y repasa varias claves de la Buena Noticia:
- En primer lugar los símbolos de las parábolas y de Mateo 5: la sal y la luz. El empleo de diminutivos pretende acercar a la ternura y al emotividad de la sencillez.
- En segundo lugar algunos referentes de la Iglesia: son los testigos de la fe antiguos y contemporáneos, pero todos con una gran radicalidad en el discernimiento y la escucha de la Palabra. De cada uno se resalta un elemento que configura un perfil de cristiano para el siglo XXI: Pobreza y sencillez, oración y cotidianeidad, arte y contemplación, discernimiento de espíritus, jovialidad y alegría, servicio a los más necesitados, encarnación socio-política en la realidad de nuestros pueblos. Algunos ya han sido canonizados o beatificados , otros merecen serlo ya-. Una tarea paralela sería que el grupo aportara sus propios testigos de la fe. Y en todo caso, abrirse a conocer vidas y obras de los mismos.
- También se incluyen personas desconocidas para muchos pero que ya viven en el Señor la Resurrección, son nuestros santos de hogar (ya que no de altar); que alimentan nuestras oraciones y nuestra vida personal y comunitaria. Se incluye a los no nacidos, lo cual podría dar pie a comentar el asunto de la defensa de la vida desde el embrión. Los demás son desde bebés (David, que murió con un mes) hasta ancianos (Basilio, Lola, Teresa, Luis). Pasando por preadolescentes (Beatriz), adultos (Rafael, Manolo, Angelines). Todos ellos han dado innumerables signos de vida. Cada cual podría cambiar algunos nombres por otros más personales. La idea es desdramatizar la muerte y celebrar la Resurrección para todos. Otra opción es plantear esta estrofa desde el punto de vista de los que reciben Bautismo, Comunión o Confirmación, poniendo sus nombres.
- Por último, la invitación se abre a la totalidad de las personas, pues hay un Dios Papá que nos ama por encima de todo. Todos podemos formar un grupo comunitario y trabajar dentro del Cuerpo de Jesús, como Iglesia comprometida.
Algunas ideas aplicadas
Es un canto-catequesis. Al aprenderlo y explicarlo se comprenden muchos aspectos de la Buena Noticia y de la Iglesia.
El canto vale para la Eucaristía (Comunión, Acción de Gracias, Envío Final; el estribillo vale como aclamación a las lecturas). Sirve para oraciones comunitarias. El tiempo litúrgico más adecuado es la cincuentena Pascual. Especialmente en la Vigilia Pascual, en relación con las letanías y con la experiencia de Resurrección. También es adecuado para el Tiempo Ordinario. Se puede adaptar a exequias comunitarias. Para niños se puede optar por la primera y la última estrofas, dejando aparte “el santoral”, pues quizá no lo entiendan. Si acaso puede servirles para conocer esos nombres, pero sería bueno presentar imágenes o anécdotas de estos personajes. Es fácil acompañar el estribillo con gestos.
Como canto-oración también nos podemos quedar sólo con el estribillo, como mantra repetitivo.
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