©Letra y música:
José-Manuel Montesinos
LA OFRENDA DE LA VIUDA
Cruzar las noches desnudas
sin otra luz que las palabras mudas.
Tragar las horas más duras
con el sabor de lágrimas oscuras.
Sentir que no habrá quien acuda,
pues no hay amor ni ayuda…
Es la pobre viuda. Es la pobre viuda.
El mal de ausencia la inunda
y un gusto a sal de soledad profunda.
Vivir: tarea injusta,
pues él no está con su mirar que gusta.
Y cree que, si el amor se oculta,
hoy ser feliz la insulta.
Es la pobre viuda. Es la pobre viuda.
Es la pobre viuda. Es la pobre viuda.
Da
cada segundo sin él
transfigurado en amor.
Solidaria soledad.
Da
lo que hace falta al vivir
y es bella ofrenda ante Dios,
pues lo que tiene lo da.
Y mientras todos dan
de lo que estorba
ella da de lo que importa
y vale más.
Y mientras todos dan
de lo que sobra
ella da lo que le hace falta…
Jesús la mira y escucha.
Al compartir, poca limosna es mucha.
Al compartir, poca limosna es mucha.
Mujer con ansia que estruja
puede volar igual que una burbuja
y amar con caridad que impulsa
y que su pena expulsa.
Es la pobre viuda. Es la pobre viuda
Da
cada segundo sin él
transfigurado en amor.
Solidaria soledad.
Da
lo que hace falta al vivir
y es bella ofrenda ante Dios,
pues lo que tiene lo da.
Y mientras todos dan
de lo que estorba
ella da de lo que importa
y vale más.
Y mientras todos dan
de lo que sobra
ella da lo que le hace falta…
AMOR.
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