sábado, 22 de enero de 2011

Los Caballeros de la Tabla Redonda






© Letra y música:
José-Manuel Montesinos


Los caballeros de la Tabla Redonda
se reunieron de nuevo otra vez
y están dispuestos a hacer su ronda
para ponernos el mundo al revés.

Cada cual llega de un extremo lejano
y trae en los ojos un sueño, un afán…
más una herida que sangra en vano
si no comparten el vino y el pan.

El Rey de Reyes los reúne en su Tabla
y los convoca en su comunión.
Propone un brindis, se alza y les habla
y les entrega su buen corazón.

Con esta ofrenda, cada uno recibe
una armadura de sed y sudor
y un alma pura que siempre vive
de la esperanza, la fe y el amor.

Así ungidos por aceite de oro,
brilla en sus frentes el Santo Grial,
mientras los grillos cantan a coro:
“¡Vida a los pobres que sufren el mal!”

Bastan los sueños para hacernos de día,
bastan tres días y Resurrección.
Los caballeros de la Utopía
cambian el mundo de su corazón.

Es su blasón
la llaga del corazón,
corona de la pasión,
con espinas trenzadas ornando la frente.
Campo de amor, buena lid,
copa de sangre de vid,
agua viva que brota eternamente.

Su escudo es
clavos en manos y pies,
cruz en los hombros de arnés,
trono divino, escalera ascendente,
mesa que extiende el mantel
para el pan blanco de miel
de su cuerpo partido amorosamente.

A los caballeros de la Tabla Redonda
el Rey de Reyes les lava los pies
y se los limpia en caricia honda
para que sepan qué tienen que hacer.

Cada cual vuelve por la flor de su viento,
lleva en los ojos un sueño, un afán…
y les impulsa un Santo Aliento
pues compartieron el Vino y el Pan.

Es su blasón
la llaga del corazón,
corona de la pasión,
con espinas trenzadas ornando la frente.
Campo de amor, buena lid,
copa de sangre de vid,
agua viva que brota eternamente.

Su escudo es
clavos en manos y pies,
cruz en los hombros de arnés,
trono divino, escalera ascendente,
mesa que extiende el mantel
para el pan blanco de miel
de su cuerpo partido amorosamente.

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