miércoles, 28 de abril de 2010

HIJOS DE LA LUZ (HIMNO DE LAUDES)

© Letra y música: José-Manuel Montesinos
Efesios 5, 8-14:
En otro tiempo ustedes eran tienieblas,
pero en el presente son luz en el Señor.
Pórtense como hijos de la luz:
los frutos de la luz son
la bondad, la justicia y la verdad bajo todas sus formas.
Sepan hallar lo que agrada al Señor
y no tomen parte en las obras estériles de las tinieblas;
al contrario, denúncienlas…
Tú que duermes, despiértate, levántate de entre los muertos,
y la luz de Cristo brillará sobre ti.



Sugiero, para empezar el día,
ponerle al cielo su luz no usada,
sacar un alba recién planchada
y alzar el sol y la alegría.

Sugiero, si así me lo permiten,
tender la mano, prender la lumbre,
echar al fuego la Gran Costumbre,
quemar los vicios que no remiten.

Propongo, perdonen si molesto,
quitar la tele, poner a Cristo,
hablar a fondo de aquello y esto,
mirar a tiempo lo nunca visto.

Propongo, pero la idea es vieja,
amar al prójimo como a uno mismo:
si uno comparte lo que otro deja,
(la rima es fácil) no habrá egoísmo.

Canta la alabanza
de la creación.
Llena de esperanza
ese corazón.
Nuestra vida se renueva
junto al árbol de la cruz.
Echa fuera las tinieblas,
somos hijos de la luz
.

Afirmo, por si alguien toma nota,
que no es pecado lo que da vida,
que no hay justicia si es homicida,
que no habrá paz si hubo derrota.

Y pido, en fin, como imprudente,
que Dios revele lo más humano,
que todo el Cielo se haga a mano,
que perdonemos impunemente.

Declaro inaugurado el día
como unos juegos sin perdedores.
Queda futuro aún todavía,
despierten todos los soñadores.

Declaro esta jornada abierta
y reivindico como campana
Resurrección y vida cierta.
¡Listos y acción! Es la mañana.

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