Esta canción recoge una experiencia de purificación. El ser humano comprende que Dios le acoge con amor, pero que a menudo es necesario pasar por períodos de crisis. En su libro Crisis de fe, crisis de amor, el padre Thomas Keating nos explica la necesidad de ser purificados para alcanzar el grado de cercanía a Dios de modo adecuado. Cada cual debe ser probado en la fe y en el amor. Dice la sabiduría popular que “Dios aprieta pero no ahoga”.
La mirada poética descubre en la sencilla acción de lavar a un bebé toda la ternura de Dios, que cuida las rozaduras y escoceduras, que mima la piel de sus hijitos. El Sagrado Corazón de Jesús es el lugar donde podemos calmar nuestro dolor y sufrimiento, y curar nuestro pecado.
Y como esos niños en el baño… entonces podemos jugar con las burbujas, las “pompitas” de jabón, que ascienden simbólicamente hacia lo alto, reflejando toda la belleza de la luz amorosa. Ese deseo de ascensión culmina con la explosión de la pompa en las alturas. Así se quiere expresar la unidad final del alma con el Padre.
Leer y meditar:
- Salmo 131: Como un niño en los brazos de su madre.
Claves de oración:
- Reviso lo que no funciona correctamente en mi vida…
- ¿Qué pecados me están agobiando? Le pido al Señor que me dé fuerzas para acercarme a ser limpiado.
- ¿De qué cosas me arrepiento? Me dejo “lavar” por la mano firme y tierna de Dios Padre.
- ¿Qué cosas, personas, situaciones vitales… “tiran de mí” hacia lo alto? ¿Doy gracias por todo esto que me permite alcanzar la gracia de Dios.
- Contemplo el Corazón de Jesús, que derrama su sangre y agua por mí… Siento su acción purificadora ante las tentaciones que padezco, le dejo actuar, sanar, curar…
- Elevo mi corazón junto con Él, le pido ser capaz de reflejar su luz y su belleza.
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