domingo, 2 de diciembre de 2007

SANTOS INOCENTES: COMENTARIO Y APLICACIONES PASTORALES

Este canto bucea en el misterio del sufrimiento humano y del “sufrimiento” divino. La experiencia del dolor nos debe llevar al silencio. Cuando ese dolor es de los más débiles, los niños, el alma se siente desgarrada, el corazón siente que debe responder con conversión y compasión. El llevar consuelo a los que sufren es una de las más hermosas tareas que puede abordar un cristiano.
Los que somos padres sabemos que lo peor que nos puede ocurrir en esta vida es la pérdida de un hijo… Y Dios es Padre, ¿cómo no va a llorar por sus hijitos?
El canto sirve para meditar y rezar por los santos inocentes de la historia. Es oración y es catequesis. Se van repasando varias circunstancias vergonzosas, pues muchas de ellas suceden ante nuestros ojos sin que hagamos nada a cambio:
· Las innumerables víctimas (los “daños colaterales”) de nuestras guerras por petróleo, por religión, por nación, etc.
· Las pérdidas que no se contabilizan, de las que nadie recoge su historia ni su memoria.
· Los niños de la marginalidad, entre ratas y dorgas de toda clase.
· La prostitución infantil de chicos y chicas.
· La pornografía en internet, el turismo sexual con menores, la corrupción de los mismos…
· El comercio de órganos infantiles: córneas, riñones, corazones, los países en vías de desarrollo son “donantes” para los ricos.
· El uso de menores para realizar crímenes por ser inmunes a leyes.
· La explotación laboral infantil en las multinacionales, que buscan abaratar sus costos.

Todo tuvo su comienzo desde muy antiguo. En un momento clave uno de esos niños perseguidos fue el Salvador de la humanidad. ¿Quién sabe si Jesús no hizo lo que hizo precisamente como respuesta a aquella crueldad que le amenazó en su infancia?
Si se trabaja este canto, es necesario recurrir al listado de ONGs y Asociaciones que defienden a los niños, y buscar la manera de colaborar con ellos.
En la Eucaristía, el canto vale para todo tiempo, pero cobra profundo sentido en el Tiempo de Navidad. Como contraste.

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