domingo, 11 de octubre de 2009

LAS CRÓNICAS DE FRATERNIA 3

El otoño no acaba de entrar en Sevilla, la estación parece que va hacia atrás. Seguimos por encima de los treinta grados. De modo que el buen clima nos ha acompañado en nuestro retiro comunitario en la Sierra de Aracena (Huelva), en concreto en Villa Onuba, finca regentada por los Hermanos Maristas. Buen clima externo y buen clima espiritual. Hemos recuperado los principios básicos de la oración y hemos echado una mirada de conjunto al proceso vivido desde 2001. Nos reconocemos maduros para fundar una comunidad eclesial estable... bueno, más bien nos consideramos aptos para iniciar la etapa final que quizá nos lleve, Dios mediante y tras los pertinentes escrutinios, a fundar comunidad. Sin prisas, pero sin pausas. El grupo, que en otros tiempos ha sido zarandeado por numerosas crisis, hoy se contempla con la apacibilidad de quienes han sabido agarrarse a la orla del manto de Jesús.

Los conciertos del 1 de octubre en Hellín fueron un éxito, según sus organizadores. En pleno recinto ferial, la carpa del Ayuntamiento llena. En la primera tanda los encantadores chiquillos de 4º, 5º y 6º de primaria de todos los colegios. Varios centenares de unos diez colegios, públicos y concertados, con sus esforzadas maestras de religión. Querían darles el auténtico sentido de la feria popular: Nuestra Señora del Rosario. El padre José Agustín González, que coordina los asuntos de niños y jóvenes en la zona y que, como él repite, "vive en el Corazón de Jesús" -refiriéndose a su parroquia, pero también con un sentido simbólico-, situó el concierto en su contexto espiritual. Los niños fueros educados y participativos. Corearon, palmearon, aplaudieron, callaron, rezaron, todo al hilo de las canciones, en las que entreveramos algunas moviditas y otras muy oracionales. Fue una gozada para todos. El chico del sonido, Ignacio, muy atento a servir al evento, con gran respeto, incluso decía que le gustaba (imagínate, un tipo enorme de aspecto heavy metal, al que sorprendió que la cosa tuviera matiz religioso en plena feria).

En el descanso aprovechamos para visitar algo sorprendente para nosotros: una caseta-capilla en plena feria, con una imagen de campaña de la patrona de Hellín. Los visitadores de la feria, al entrar o al salir, hacen su paradita de oración y ofrenda floral y económica. Un lugar encantador.
Tras la calma nos aguardaba quizás la tormenta: los preadolescentes de 1º y 2º de ESO. Uff, cómo cambia una persona en dos años. Ya algunos no querían ni corear, ni palmear, ni... en fin, más bien se aferraban a la silla con aire entre avergonzado y trágico, como si en ellos ya anidara la semilla de una muchacha gótica o quizá de otra tribu urbana. Los profesores tenían que estar muy atentos para evitar escándalos y peleas entre ellos. Y eso que se suponía que eran los grupos que cursan religión. La mala educación de algunos no nos impidió concentrarnos en nuestro objetivo de transmitir una experiencia de fe artística y vital. Poco a poco, la mayoría de los jovencitos, entregados a la música y a las palabras de amor, nos seguía con un gesto, con un estribillo, con una reflexión... La minoría maleducada seguía a lo suyo, molestarse entre ellos, no abrir ni sus orejas ni su corazón a nada que no fuera su inmenso egocentrismo envuelto en grosería. Lástima que nuestra sociedad se haya rendido, que sus padres no les hayan explicado que en los conciertos se debe escuchar, que en las clases se debe atender. Como ovejas sin pastor. ¡Cuánta falta hace de educadores cristianos, humanistas y enamorados de su tarea!. Allí en el concierto había algunos, como Rafael, como Pilar, como los componentes de la Cofradía del Rosario... Ánimo, maestros y maestras, profesoras y profesores, salgamos de las trincheras y afrontemos el asunto: educar como Jesús.

Ida y vuelta de Sevilla a Hellín. Es recorrer España transversalmente. Hubiera sido imposible ir sin el apoyo táctico y fraterno de nuestra querida hermana comunitaria Angélica, que se quedó al cuidado de nuestros hijos. Cualquier actuación tiene una gran coste familiar, por eso procuramos que no haya más de una o dos al mes. El objetivo principal no es salir a dar conciertos. Sino buscar un equilibrio entre la vida familiar, la vida comunitaria, la vida laboral (hay que pedir permiso sin sueldo cada vez) y el aspecto musical -que solo es una faceta de nuestra espiritualidad-.

Así que entre conciertos y retiros iba marchando este mes de octubre, pero faltaba un nuevo gozo: la publicación de Juan de la Cruz íntimo. Justo a medias entre santa Teresita de Liseux (1 de octubre) y santa Teresa de Jesús (15 de octubre) nos llega a casa el paquete con los primeros 20 CDs, de parte de editorial San Pablo Multimedia. Es un trabajo que se ha ido desarrollando muy lentamente, tendría que haber salido antes; pero al final se ha solapado con otras producciones musicales: Por qué quema el fuego, de san Juan de Ávila (editado en mayo por FONORUZ y el santuario de san Juan de Ávila en Montilla), Canciones para una AMIGO SACERDOTE (que probablemente editará San Pablo Multimedia), Vocación, sobre el mártir Manuel Aranda (auspiciado por la Parroquia del Carmen de Monte Lope Álvarez -Jaén-). De modo que todos los proyectos que estaban en preparación van saliendo, gracias a Dios y con la ayuda de la Virgen María. Cuando parecía que venía la crisis en nuestra querida antigua productora musical, a nosotros nos llega esta bendita primavera de ilusiones y proyectos. Es cierto que todo se basa en un gran esfuerzo personal y matrimonial: arreglos, grabaciones, interpretaciones... todo recae sobre nosotros mismos, y gracias a eso se economiza muchísimo y se pueden sacar producciones humildes pero dignas, al servicio del Pueblo de Dios. También hay que agradecer el apoyo financiero en la publicación de los CDs, una vez terminado el máster: personas buenas con grandes deseos de llevar a todos un mensaje de entrañable ternura: el Padre Matías SJ, que ha producido Por qué quema el fuego; el sacerdote Manuel Carmona, que costea Vocación; Maite López, directora del Dpt. de Música, de ed. San Pablo, que impulsa este recién publicado Juan de la Cruz íntimo. Sin su ilusión y empuje ninguna de nuestras canciones iría más allá de cuatro oídos cariñosos, mientras que con ellos se pueden multiplicar por mil los corazones que escuchen una tierna melodía, con un arreglo sencillito y con nuestras pobres voces siempre a punto de romperse. Gracias, hermanos de Fraternia.

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