lunes, 21 de septiembre de 2009

Las Crónicas de Fraternia 2

En este repaso quincenal a los asuntos comunitarios y a los eventos musicales destaca muy especialmente para mí la exaltación de la Cruz. En la vida de un cristiano siempre debe haber una referencia esencial a la cruz de Jesús y a la cruz propia. Pero precisamente hemos andado marcados por la cruz.
Juan de la Cruz, íntimo va madurando como producto publicado. Lo que hasta ahora había sido el fruto de una búsqueda personal y familiar, si acaso comunitaria en su dimensión más inmediata, está entrando en la maquinaria de la distribución comercial. Pero supongo que antes debemos ser purificados en lo espiritual. Por eso habrá habido tanta cruz en las relaciones comunitarias en estos últimos días: heridas, daños, incomprensiones, palabras de más y silencios estridentes... y la cruz como horizonte de reconciliación. Para el día de la exaltación de la cruz quizá todo estaba ya resuelto, pero vaya semanita previa. Ahora bien, no nos han faltado ni la oración ni los sacramentos (eucaristía, penitencia), como debe ser. Que cada cual persevere como pueda. Ya lo canté en otra ocasión y anda grabado por ahí a ritmo de rock en boca de Alonso Sanabria: Yo me agarro de la orla de tu manto y no me suelto, aunque el mundo empuje fuerte por soltarme, no me suelto. No me iba a soltar por unos "dimes y diretes", ¿verdad?
El caso es que el día de la exaltación de la cruz (14 de septiembre), como para ratificar que estamos en el buen camino, nos hicieron el ingreso de la compra del máster de Juan de la Cruz, íntimo. Ahí queda eso, para los aficionados a las coincidencias significativas. No es lo mismo recibir ese dinero tras la purificación de intenciones experimentada por la comunidad. Para nosotros no hay ninguna duda: un trabajo musical cristiano, si es verdadero, es una forma de participar en la cruz de Cristo y en la cruz del mundo. De cualquier modo, ese dinero se convertirá en ofrenda y en inversión al servicio de los más necesitados.
Por otro lado, no sé qué día de estos, llegaron a casa las hermanitas de la Cruz, de santa Ángela de la Cruz, una santa sevillana muy especial. Se le alegra a uno el corazón ver a las dos monjitas pidiendo limosna para servir a los pobres, desde una radicalidad apabullante, con un silencio esclarecedor. Aparte de un puñado de euros, se llevaron un par de CDs:
-¿Hermana, ustedes escuchan música?
-Sí.
-Pues tome, pónganos en su convento, que nuestra música esté al servicio de la oración y de los que sufren.
-Le importa que volvamos por aquí a pedir limosna.
-Nos encanta saber que volverán.
Así que entre una cosa y otra, paso por la librería San Pablo y veo en el mostrador los Escritos Íntimos de santa Ángela de la Cruz. Veníamos de celebrar la reconciliación y la eucaristía en el convento del Santo Ángel, de los padres carmelitas... Me llevo el libro. De Cruz a Cruz, de san Juan a Sor Ángela. Salgo de uno, buceo en otra. Cuánta luz en esos escritos, de uno y de otra, en la "radiclaridad" de sus dichos y de sus papeles de conciencia. En ello sigo. Además, en la TV de Canal Sur nos ponen un documental especial sobre ese mismo libro y su autora. De nuevo una redundancia divina.
Por otro lado, nuestro grupo comunitario de Sevilla recibió con gozo la posibilidad de convertirse en este curso en comunidad cristiana estable. Alguien reconoce con gratitud las obras del Señor en nuestras vidas, aquella lo ve claro, alguno se siente aún con ciertas limitaciones, otra muestra un corazón desbordado de alegría, esta resalta el papel de la música en todo el proceso... Juan de la Cruz íntimo se originó en una de las crisis comunitarias más fuertes que hemos vivido, ya hace unos años, y hoy felizmente superada. Lo que para unos son canciones de CD, compradas en una librería de su ciudad o que ha visto en Internet, para nosotros son los frutos de una oración, de un discernimiento o de una catequesis, o una convivencia... Quiera Dios no faltarnos en el camino. Y que nosotros tomemos nuestra cruz, cada una la suya, y vayamos tras Él.
Por completar con algún fleco: estamos proyectando los puntos de presentación del CD Por qué quema el fuego, de san Juan de Ávila. A ver si conseguimos distribuirlo adecuadamente desde el santuario del santo en Montilla al resto de España. El rector, el padre Matías, quiere que acudamos a dar conciertos y charlas a los lugares especialmente avilinos: Sevilla, Écija, Córdoba, Baeza, Granada, Ciudad Real. Qué empuje el de este sabio anciano jesuita. Ya quisiera yo en mis cuarenta mostrar la actitud de él en sus ochenta.
Y hasta aquí llego. Sigo en dos semanas.

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