Desde hace cinco siglos, muchos cristianos de todo el mundo hemos llevado en nuestro corazón ese pequeño librito que es la Imitación de Cristo. Gracias a las sugerencias de Tomás de Kempis,
hemos aprendido a establecer un cálido diálogo entre nuestra alma y Jesucristo. En mi caso en concreto, sus páginas, meditadas y saboreadas en una situación de grave crisis de fe y de amor, sirvieron para encontrar consuelo en medio de la oscuridad, y una luz para salir del túnel del
desamor y la angustia. La vida personal del cristiano y la vida comunitaria encuentran alimento en esa fecunda conversación entre el Discípulo y el Maestro.
hemos aprendido a establecer un cálido diálogo entre nuestra alma y Jesucristo. En mi caso en concreto, sus páginas, meditadas y saboreadas en una situación de grave crisis de fe y de amor, sirvieron para encontrar consuelo en medio de la oscuridad, y una luz para salir del túnel del
desamor y la angustia. La vida personal del cristiano y la vida comunitaria encuentran alimento en esa fecunda conversación entre el Discípulo y el Maestro.
Y entonces el librito se hizo música…
De la mano creativa de nuestro querido hermano Ángel C. Marco nos fue llegando a los componentes de su comunidad cristiana una lectura melodiosa del diálogo de amor. Poco a poco,
las páginas se convertían en una meditación armónica, reflejando, por un lado, la enorme profundidad del librito, por otro, la honda palpitación del espíritu contemplativo de nuestro buen Ángel, y, siempre, la entrañable misericordia de Dios.
Hoy, querido oyente, te dispones a escuchar la música de las esferas. Melodía y armonía te situarán en el límite humano entre al alma y su creador. Ángel, como un monje del siglo XV, en la discreción y el silencio, ha construido, nota a nota, instrumento a instrumento, la totalidad de un
cosmos de contemplación amorosa; como padre y esposo, ha sabido revelarnos hasta qué punto su corazón está lleno de amor y música de Dios –escucha en la grabación el silencio cariñoso de su esposa y de sus hijitas-; y como un artesano de la era informática, ha dominado los elementos naturales y artificiales, hasta edificar una catedral sonora… En Sevilla decimos “tiene ángel” cuando algo te acerca a lo sobrenatural, a lo bello… Pues sí, este trabajo musical tiene Ángel.
Paz y bien.
cosmos de contemplación amorosa; como padre y esposo, ha sabido revelarnos hasta qué punto su corazón está lleno de amor y música de Dios –escucha en la grabación el silencio cariñoso de su esposa y de sus hijitas-; y como un artesano de la era informática, ha dominado los elementos naturales y artificiales, hasta edificar una catedral sonora… En Sevilla decimos “tiene ángel” cuando algo te acerca a lo sobrenatural, a lo bello… Pues sí, este trabajo musical tiene Ángel.
Paz y bien.
La obra de Tomás de Kempis, estructurada en cuatro grandes tratados o “libros”, se dirigía a los monjes de principios del siglo XV para alentarlos en su crecimiento personal y vida monacal. Este CD es una adaptación del tratado tercero de esta gran obra. La banda sonora ha sido creada especialmente para acompañar la oración con estos textos llenos de densidad y profundo significado. La “consolación interior” que presenta esta producción musical se desarrolla en forma de diálogo entre Jesucristo y el alma, el Maestro y el Discípulo. El autor de la música y adaptador de la obra, Ángel Carralero Marco, acerca este clásico de la espiritualidad medieval a nuestros días a través de una excelente adaptación del texto original, una exquisita selección de textos bíblicos (especialmente salmos) y una adecuada locución.
Temas:
Jesús habla en el corazón de los hombres + Instrumental 1 + La palabra de Dios es Cristo +Instrumental 2 + Seguir a Cristo + Instrumental 3 + Alma mía, descansa en Dios + Instrumental 4 + Ven, Espíritu de Dios + Instrumental 5 + Descanso, Paz y Gozo + Instrumental 6 + Oración final
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