lunes, 15 de diciembre de 2008

San Juan de Ávila



Desde hace unos meses ando enredado en la meditación, oración y composición de unas canciones basadas en textos de san Juan de Ávila, que podréis escuchar en nuestra radio Con Vosotros Está. En los días previos a la Inmaculada Concepción hemos presentado algunas de estas canciones en Montilla, pueblo de la provincia de Córdoba, donde vivió y murió este santo del siglo XVI. Allí nos dio una hermosa charla el Padre Matías, SJ, director del santuario de la Encarnación, dedicado a san Juan de Ávila.
Puedes escuchar algunas de nuestras canciones en nuestro blog.


Aquí tienes sus textos, poemas inspirados en fragmentos de las cartas de este gran místico.



Por qué quema el fuego





© 2008. Canciones de José-Manuel Montesinos
sobre textos de San Juan de Ávila


1. Porque el fuego es fuego
2. Abramos la boca del alma
3. Corramos, pues, tras Dios
4. En las llagas de Cristo
5. Oh Dios, fuego que consumes
6. Que te amemos, Señor
7. Dios trino y uno
8. Más quiero tenerte a Ti
9. En la cruz me buscaste
10. Todo Hermoso
11. Trae un querer
12. El amor con solo amor se contenta
13. Yo, Señor, te quiero amar
14. Y para qué es la vida sino para amar





Agosto de 2008
Desierto de las Palmas (Castellón) – Valencia - Sevilla

(1)

Porque el fuego es fuego


Fragmentos de la carta nº 61 “A una persona”
y una línea de la carta nº 112 “A una devota suya”


Porque el fuego es fuego,
por eso quema
y quema,
porque el fuego es fuego.

Porque Dios es Dios,
porque es Dios,
por eso ama,
nos ama,
porque Dios es Dios. (BIS las dos estrofas)

El fuego grande
cuanto más encerrado
y callado
más arde,
más arde,
más arde. (BIS)

Envíanos
el fuego de tu amor. (Tres veces y se repite todo)

(2)

Abramos la boca del alma


Fragmento de la carta nº 74
“A una persona religiosa”


Abramos la boca del alma,
que es el deseo,
que es el deseo,
y vayamos sedientos
a la fuente de Agua Viva,
vayamos sedientos;

que, sin duda poniendo
la miel en la boca,
algo gustaremos,
algo gustaremos,
y el fuego en el seno
nos calentará,
el fuego en el seno.

Abramos la boca de alma,
vayamos sedientos por agua. (BIS)

(3)

Corramos, pues, tras Dios


Otro fragmento de la carta nº 74
“A una persona religiosa”


Corramos, pues, tras Dios,
que no se nos irá:
clavado está en la cruz,
clavado está. (bis)

Clavado está en la cruz,
clavado está;
clavado por amor,
clavado está;
por ti, por mí, por él
clavado está;
clavado está en la cruz,
clavado está.

(4)

En las llagas de Cristo


Otro fragmento de la carta nº 74
“A una persona religiosa”


En las llagas de Cristo,
en las llagas de Cristo,

metámonos, y no
para luego salirnos,
sino para tener
allí nuestra morada,

en las llagas de Cristo,
en las llagas de Cristo,

y principalmente
en su costado,
que allí en su corazón,
herido por nosotros,

(en las llagas de Cristo,
en las llagas de Cristo)

cabrá el nuestro
y se calentará
con la grandeza
de su amor.

En las llagas de Cristo,
en las llagas de Cristo.

(5)

Oh, Dios, fuego que consumes


Fragmento de la carta nº 64
“A unos amigos suyos [que tenía en la ciudad de Écija],
que habían comenzado a servir a Dios”


¡Oh Dios,
fuego que consumes nuestra tibieza,
y cuán suavemente ardes!
¡Y cuán sabrosamente quemas!
y ¡con cuánta dulzura abrasas!
¡con cuánta dulzura abrasas!

¡Oh
si todos y del todo ardiésemos por ti!
si todos y del todo ardiésemos por ti!
si todos y del todo ardiésemos por ti!
si todos y del todo ardiésemos por ti!

¡Oh
si todos y del todo ardiésemos por ti!
si todos y del todo ardiésemos por ti!
si todos y del todo ardiésemos por ti!
si todos y del todo ardiésemos por ti!

(6)

Que te amemos, Señor


Otro fragmento de la carta nº 64
“A unos amigos suyos [que tenía en la ciudad de Écija],
que habían comenzado a servir a Dios”


Que te amemos, Señor,
y te conozcamos
con el conocimiento
que nace de amarte; (bis)

y tras esto
venga el poseerte,
pues tan ricos son
los que te poseen;

y poseyéndote a ti, seamos
poseídos de ti, y así
nos empleemos
en alabarte. (bis)

(7)

Dios trino y uno


Otro fragmento de la carta nº 64
“A unos amigos suyos [que tenía en la ciudad de Écija],
que habían comenzado a servir a Dios”


Dios trino y uno,
Rey infinito,
sabio, poderoso,
bueno, hermoso,

perdonador
de los que a ti se convierten,
sustentador
de los que a ti se llegan,
glorificador
de los que te sirven
y Dios cuya perfección
no tiene fin;

porque estás
sobre todo entendimiento,
porque estás
sobre toda lengua,
y solo tú
te conoces del todo.
A ti sea la gloria
por los siglos de los siglos.
Amén.

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