domingo, 2 de diciembre de 2007

AVES DEL PARAÍSO: COMENTARIO Y APLICACIONES PASTORALES

Este canto aporta dos elementos: la oración a Dios Padre, como sed de su presencia, y el relato de la Historia de la Salvación desde la perspectiva de nuestras hermanitas las aves. Todos conocemos anécdotas de pájaros que viven en los templos, en las catedrales, en los campanarios. En su fondo está el salmo 84 (83) v, 4. El canto se puede usar como canto-oración (el grupo interviene en los estribillos, incluso nos podemos quedar sólo con el estribillo, como mantra) o como canto-catequesis, para repasar o trabajar los pasajes en que intervienen pájaros u otros animales (buey, mula, borriquita, etc).
En la lírica, como en la novela o en las películas, es muy importante el punto de vista. Los seres humanos a veces pierden la perspectiva de su lugar en la Creación en compañía del resto de los vivientes. En contextos de naturaleza: convivencias, retiros, excursiones, etc. puede ser bueno aprovechar para tratar el cuidado y la responsabilidad ecológica ante el mundo animal y vegetal. Y cómo todo es importante a los ojos de Dios, “hasta el último pollito”.
Por otra parte, como oración, el canto aporta cualidades de meditación bíblica: en cada estrofa, la comunidad se va haciendo una pequeña “composición de lugar”, repasando las maravillas de Dios.
Como es largo, se puede acortar, suprimiendo estrofas 2 y 3. Pero que cada cual vea lo mejor.
Aparte de los pasajes bíblicos, hay algunas referencias de los apócrifos: los gorriones de barro, las golondrinas, aunque se les cambia un poco el sesgo del relato primitivo.
En la última estrofa, la alusión al pelícano tiene carácter simbólico. El pelícano, como el Ave Fénix, connota la resurrección. En cuanto al Águila de Patmos, es conocida la relación de esta ave con Juan y el Apocalipsis.
El canto vale para la Eucaristía (Meditacional, Comunión, Acción de Gracias) y para oraciones comunitarias

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